sábado, 2 de junio de 2012

Un bocado de mi realidad universitaria

Está todo el mundo hablando de un decreto que, entre otros muchos cambios, introduce una modificación en las tasas que los alumnos pagan en la universidad. Manteniendo mi postura apolítica en este blog, sólo quiero daros un pequeño "bocado de realidad".

El lunes tengo un examen del plan anterior a Bolonia. Los alumnos que comenzaron la carrera hace 3 años se encontraron en esa situación de ser la última promoción de su plan de estudios. Esto implica que, o van a curso por año, o se cambian al plan nuevo (pidiendo convalidaciones de lo que ya tengan aprobado), o siguen adelante sabiendo que no se dan clases de su plan y sólo tienen los exámenes. Una situación complicada para ellos.

La asignatura de la que hablo es del primer curso, por lo que esta última promoción hace dos cursos que no tiene clases pero sí exámenes. Según parece, se les va a dar esta opción durante 3 años, es decir que, una vez cursada la asignatura con sus clases y con sus dos exámenes, van a tener 6 oportunidades más de aprobar. En total, 8 opciones de aprobar. La del lunes es la número 5.

En la lista hay 11 alumnos.
- 2 de ellos llevan 3 matrículas. Uno se ha presentado una vez. El otro, ninguna.
- 3 de ellos llevan 4 matrículas. Uno se ha presentado una vez. Los otros dos, ninguna.
- 3 de ellos llevan 6 matrículas (Sí. Lo que digo es que llevan 6 años en primero). Ninguno de los tres se ha presentado a ninguno de los 10 exámenes que han sucedido los pasados 5 años.
- 2 de ellos llevan 9 matrículas. Uno se ha presentado en 2 ocasiones de las 16 que ha podido. El otro nunca. De los 16 exámenes, no ha venido nunca jamás a uno.
- 1 de ellos lleva 10 matrículas. Se ha presentado una vez a un examen de las 18 (!) oportunidades que ha tenido.

Preparaba ayer mi examen: escribía un enunciado, hacía las copias, cogía folios blancos, y me aseguraba de que vendrá un compañero conmigo (siempre vamos, al menos, 2 profesores a cada examen por si uno tiene algún problema durante la celebración --o tiene que ir al baño, vamos--). Mientras hacía todas estas cosas de manera casi mecánica, mi cabeza iba sumando: dedicación de los profesores, fotocopias, folios, aula, mesas, luz, baños, conserje, cafetería, biblioteca, ... ¿sigo? Y me preguntaba si no estaremos haciendo un flaco favor a estos 11 chicos. Si no les estaremos transmitiendo el mensaje equivocado, de cuando en España no estaba cayendo la que está cayendo y atábamos los perros con longaniza. Alguien debería asumir la responsabilidad de decirles que 10 años de matrículas conlleva un coste a la sociedad que no nos podemos permitir en este momento. Porque yo sólo puedo asumir mi responsabilidad de poner un examen de *exactamente* el mismo nivel de exigencia que los últimos 18. Porque cualquier otra cosa por mi parte, sería injusta con todas las promociones anteriores y con la sociedad, que me pide que los Ingenieros sepan ciertas cosas. Y yo tengo que garantizar que, las que me tocan de la lista, las sepan. Porque no tendrán una nota al pie en su título indicando que sus exámenes eran de los "fáciles", de cuando pides al cielo que se presenten y aprueben de una vez. Porque no puedes seguir cada año gastando energías y recursos de esta manera.



No hay comentarios:

Publicar un comentario